
El grupo “Quatri Deus”, cuatro voces iluminadas por Dios, reafirmó el sentido de un nombre que no fue elegido al azar y que tan bien sintetiza el recuento de un espectáculo que quedará en el recuerdo festivo de la gente que concurrió a la sala, convocada por los artistas.
Desde la platea y hacia el escenario, el ida y vuelta mantuvo la constante atención, fluctuando las voces con magníficos giros en la lírica de Casco como tenor, Marita en los altos sopranos, José en su glamoroso pop y Christian, un toque romántico muy de bolero de los 50’. En esta fusión, espléndida e impecable, se advirtió el profesionalismo de los cuatro, en conjunto y de manera individual. También, el tiempo dedicado a los ensayos, al armado escenográfico y a una actitud igualitaria para todos, intercambiando protagonismo y cediendo la calidez de luces y de espacio, a la bella Marita.
La primera parte del show incluyó temas tales como “Quiero vivir la vida amándote”, “América”, “La flor de la canela”, “Solamente una vez”, “Ti amero”, “Día de domingo”, “El triste” y “nessun Dorma”, de Puccini en la ópera Turandot. Este último en homenaje a Luciano Pavarotti y al auditorio amplio que a través de internet, seguía en directo el desarrollo de la noche.
Si algo faltaba para emocionar en la penumbra de la sala, era el anuncio de un invitado especial que con voz “imaguaré”, llegó del tiempo lejano de la nostalgia y se ubicó formando un agradable quinteto. Julio Cáceres, del conjunto “Los de Imaguaré”, deleitó a la platea con “Alma Llanera”, “Acuarela del río” y un clásico que acompañó el talentoso Wally García en teclados: “Nuestros sueños y la distancia”, de Zini, Sheridan y Gómez, una declaración de amor que con versos dedicó como regalo.
Completaron esta segunda parte “Nada es igual”, tema compuesto por “Quatri Deus” y que da título al segundo compacto próximo a presentar. El tango “Uno”, de Discépolo y Mores, “Por tí seré”, “Capullito de alelí”, “Aprender a volar” y una versión original de “Aurora” ese canto del alma que a la Bandera Argentina brinda el corazón. “A mi manera” y “Brindis”, de Verdi en la ópera La Traviata, bajaron el telón, pero apenas por unos segundos, ya que el pedido de “bis” con el público de pie y aplaudiendo, los convocó nuevamente al escenario con “New York, New York” y todo el romanticismo de “Melodía desencadenada”.
El camino está abierto para estos jóvenes intérpretes, que son correntinos y que como profetas en su tierra fueron despedidos. (MM)
fuente: Corresponsal Diario El Litoral
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